Desarrollo sostenible para un planeta cambiante
Desde Lagos hasta Bombay y Miami, las ciudades de todo el mundo son cada vez más vulnerables a los efectos del cambio climático, como la subida del nivel del mar y otros impactos relacionados con el clima. Estas ciudades costeras, antaño prósperas, exhiben ahora las cicatrices de un litoral erosionado a medida que las viviendas y las infraestructuras sucumben al avance de las aguas.
En muchas ciudades de todo el mundo, la adaptación a un clima cambiante es ya un asunto de urgencia. En todas partes, el aumento de las temperaturas, alimentado por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, está perturbando el delicado equilibrio de nuestros sistemas climáticos. En muchos núcleos urbanos, estos problemas ya perjudican a sus residentes, infraestructuras y bienestar general.
Las ciudades se encuentran entre los mayores contribuyentes al cambio climático y actividades como el transporte, los edificios, la energía y la gestión de residuos actúan como fuentes principales de emisiones de carbono. Al mismo tiempo, las ciudades presentan oportunidades para el desarrollo sostenible, la productividad y la innovación. Si se gestionan bien, son la solución más viable para gestionar los impactos del cambio climático; si se gestionan mal, pueden provocar un aumento de las emisiones de carbono, lo que se traduce en un mayor cambio climático.
Índice
¿Qué es el desarrollo sostenible?
El desarrollo sostenible se ha definido de diversas maneras, pero su definición más citada procede de Nuestro Futuro Común, conocido como Informe Brundtland, y dice así: «El desarrollo sostenible es aquel que enfrenta las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para cubrir sus propias necesidades».
La sostenibilidad constituye la piedra angular del principal marco mundial actual para la cooperación internacional: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos Objetivos mundiales no solo apoyan el crecimiento económico, sino que también promueven la inclusión social y la protección ambiental. Juntas, las tres dimensiones de la sostenibilidad (economía, sociedad y medio ambiente) constituyen una vía equilibrada hacia la prosperidad y garantizan que todas las personas del planeta puedan llevar una vida feliz, sana y plena.
¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
En 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con 169 metas que deben cumplirse para 2030. Estos objetivos y metas son universales, es decir, se aplican a todos los países del mundo. Su objetivo es hacer frente a los desafíos globales, incluidos los relacionados con la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental, la paz y la justicia, y todos ellos están interconectados.
Sin embargo, según el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023, todos los ODS se encuentran muy retrasados en este momento, cuando nos hallamos a mitad de camino hacia la fecha límite de 2030. Esta alarmante estadística subraya la necesidad de examinar más de cerca nuestros logros y lagunas actuales.
Clima y desarrollo sostenible
Los estudios son claros: las repercusiones del clima en el desarrollo sostenible son profundas. El cambio climático está poniendo en peligro los logros del desarrollo y golpeando con especial crudeza a las comunidades vulnerables. Los riesgos asociados a un determinado peligro climático dependen de la vulnerabilidad y la exposición de un país. Se prevé que la intensificación de los fenómenos meteorológicos agrave los problemas de salud y las muertes prematuras, así como la exposición de la población a la morbilidad y la mortalidad relacionadas con el calor.
Al mismo tiempo, los riesgos climáticos de un país vienen determinados por las decisiones que toma en materia de desarrollo. Por ejemplo, la tendencia mundial hacia la urbanización pone en peligro la salud de más personas, ya que los efectos del cambio climático pueden agravarse en los contextos urbanos. La contaminación atmosférica de las ciudades, por nombrar solo una, es una importante amenaza para la salud que contribuye a millones de muertes prematuras cada año. Si tomamos medidas, las consecuencias seguirán amenazando la seguridad, la resiliencia y la sostenibilidad urbanas.
Construimos ciudades sostenibles
Lo que se plantea es una cuestión práctica: ¿en qué se diferencia el desarrollo resiliente al clima de las estrategias de desarrollo tradicionales? ¿Cómo repercute en las ciudades en concreto? Se necesita un mayor esfuerzo para convertir el «pensamiento de adaptación» en un itinerario de planificación a largo plazo que responda a los desafíos planteados por el cambio climático.
Integrar los servicios meteorológicos, climáticos, hídricos y ambientales urbanos, así como una gobernanza eficaz a nivel local, es esencial para ayudar a las ciudades a alcanzar el Objetivo 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Estos servicios meteorológicos a medida, combinados con la planificación urbana y la gestión de las infraestructuras basadas en resultados, albergan el potencial de mejorar la resiliencia climática de las ciudades, con los beneficios asociados para un desarrollo urbano sostenible, lo que se traduce en una mejora de la sanidad pública, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
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Cinco ejemplos de desarrollo sostenible para ciudades
Hay muchos ejemplos prometedores de desarrollo sostenible en todo el mundo que ayudan a las comunidades a adaptarse a los impactos del cambio climático. Algunos ejemplos son:
- Energía solar: Los paneles solares son una de las formas más eficientes de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Altamente adaptables, pueden instalarse en edificios de diversas formas y tamaños y son más asequibles que nunca.
- Turbinas eólicas: el viento es una fuente abundante de energía renovable, ¡y es gratis! Si aprovechamos la energía eólica, las ciudades de todo el mundo tendrán el potencial de transformar la forma de producir y consumir energía en ambientes urbanos.
- Zonas verdes: las ciudades pueden convertirse en «islas de calor urbanas» durante los meses de verano. Las zonas verdes son excelentes para refrescar las ciudades y filtrar la contaminación atmosférica; además, constituyen una característica esencial del desarrollo urbano sostenible.
- Construcción sostenible: la incorporación de prácticas de construcción sostenibles en proyectos de construcción puede reducir considerablemente su impacto ambiental. Algunas de estas prácticas son los desarrollos de viviendas sostenibles que utilizan características, infraestructuras y tecnología inteligentemente diseñadas para minimizar la huella de carbono de un edificio.
- Instalaciones de agua eficientes: las instalaciones sencillas que ahorran agua (por ejemplo, grifos de bajo caudal, inodoros de doble descarga y topes para inodoros) ayudan a conservar el agua utilizada para los servicios esenciales y, de esta forma, reducen los costos operacionales y mejoran la sostenibilidad.
Por qué son clave las ciudades sostenibles
Estos son solo algunos ejemplos de desarrollo sostenible que tienen el potencial de fomentar un cambio global positivo. Estos esfuerzos, centrados en la dimensión social de la sostenibilidad, dan prioridad a la creación de zonas urbanas habitables que promuevan el bienestar satisfaciendo las necesidades de las personas en sus ambientes de vida y trabajo.
Por lo tanto, una verdadera ecociudad es aquella que se ha diseñado para ser autosuficiente y sostenible, haciendo hincapié en las fuentes de energía renovables, el transporte ecológico y los hábitats naturales. Las zonas verdes y la tecnología de apoyo se integran en el núcleo del ambiente urbano para reducir las emisiones de CO2, mejorar la calidad del aire y proteger los recursos naturales.
¿Qué es el desarrollo de viviendas sostenibles?
La importancia de la vivienda es fundamental para el desarrollo urbano sostenible debido a su dependencia de los recursos naturales. Las viviendas sostenibles, consagradas en el Objetivo 11 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, pretenden garantizar que todo el mundo tenga acceso a una vivienda adecuada, segura y asequible para 2030. Estas viviendas de diseño inteligente ofrecen ambientes de vida cómodos, saludables y seguros utilizando técnicas de vivienda sostenible que reducen la huella de carbono del propietario, recortan los costos energéticos y promueven estilos de vida activos.
El desarrollo de viviendas sostenibles tiene cuatro ventajas principales:
- Mitigación del cambio climático: las viviendas sostenibles reducen las emisiones de carbono incorporando tecnología de eficiencia energética, fuentes de energía renovables y materiales de construcción sostenibles.
- Conservación de los recursos: el desarrollo de viviendas sostenibles da prioridad a los materiales reciclados y de origen local, lo que reduce la presión sobre los recursos naturales.
- Reducción del consumo energético: al incorporar características de eficiencia energética como paneles solares, mejor aislamiento, tecnologías inteligentes y técnicas pasivas de calefacción y refrigeración, las viviendas sostenibles pueden optimizar el desempeño energético, lo que aminora las facturas de los suministros.
- Mejora de la calidad del aire en interiores: el desarrollo de viviendas sostenibles prioriza la calidad del aire interior mediante el uso de materiales de construcción no tóxicos y la promoción de sistemas de ventilación apropiados. A su vez, este enfoque contribuye a crear ambientes de vida más saludables.
Normas para una vida sostenible
Construir una ciudad sostenible es una iniciativa compleja, ya que cada ciudad presenta sus propios desafíos. Un denominador común puede simplificar mucho la tarea: las normas ISO. Las Normas Internacionales ofrecen una valiosa orientación en todos los aspectos de la vida urbana, desde la eficiencia energética y el transporte inteligente hasta la calidad del aire y la gestión de residuos.
Los responsables públicos de las ciudades pueden enfrentar la amenaza del cambio climático con eficacia con la incorporación de normas a la planificación urbana. Normas clave como ISO 50001 para los sistemas de gestión de la energía e ISO 52000 para la gestión de la eficiencia energética de los edificios son decisivas para promover prácticas sostenibles en materia de vivienda. El desarrollo urbano sostenible no solo reduce la huella de carbono global, sino que también fomenta unas mejores condiciones de vida y reduce los costos energéticos en las ciudades y fuera de ellas.
- ISO 50001:2018Energy management systems
- ISO 52000-1:2017Energy performance of buildings — Part 1: General framework and procedures
Ciudades del futuro
En medio de la urgente crisis climática, debemos conciliar dos consideraciones: sostenibilidad e incertidumbre. El avance incesante y la complejidad de los cambios actuales hacen que sea difícil saber qué soluciones resistirán el paso del tiempo, y estas dudas podrían impedirnos fácilmente avanzar con las medidas necesarias.
Sin embargo, dentro de este panorama de imprevisibilidad, el concepto de desarrollo urbano sostenible ofrece una solución tangible para un mundo más ecológico y resiliente. Aunque las ciudades están especialmente expuestas a los riesgos del cambio climático, también tienen el potencial de impulsar poderosos avances. A través de una planificación integrada, la implicación de la comunidad y las inversiones estratégicas, el nuevo desarrollo urbano puede forjar un camino hacia infraestructuras resilientes, cohesión social y prácticas sostenibles.
De cara al futuro, la resiliencia urbana será crucial para las ciudades que se enfrentan a los desafíos de un clima cambiante. A medida que aumenta la notoriedad mundial de las necesidades del planeta, el renovado énfasis en la vida sostenible redefinirá la esencia misma del desarrollo urbano, dando forma a ciudades que prioricen la armonía con la naturaleza y el bienestar de sus residentes.